Valencia
tiene dos patrones y los dos se llaman Vicente. Hoy, 22 de Enero se conmemora
la fiesta de San Vicente Mártir, cuya festividad se celebra "de cruces hacia dentro", es decir sólo en la ciudad. Pero también se celebra el aniversario del
bautismo de su otro patrón, San Vicente Ferrer, a quien se le impuso este
nombre por la festividad de este día y que celebramos en toda la Comunidad Valenciana el
segundo lunes de Pascua, por eso hoy hablaremos del santo titular del día.
Vicente nació en la romana ciudad de Osca (actual
Huesca), aunque algunos historiadores sitúan su nacimiento en Zaragoza, en el
seno de una familia consular, lo que le permitió estudiar la carrera
eclesiástica en Caesar Augusta, al lado del obispo Valero. San Valero, que tenía poco
facilidad de expresión, según cuenta la tradición era tartamudo, le nombro
primer Diácono para suplirle en la sagrada cátedra.
Ante la negativa de Vicente y Valero de adorar al emperador Diocleciano, el gobernador Daciano llegado a Hispania con la orden de reprimir a los cristianos, los lleva arrestados a la colonia romana de Valentia, ya que no se atrevía a juzgarlos en Zaragoza ante la gran simpatía que levantaban ambos.
En el juicio, como en su cátedra, el obispo Valero encarga a Vicente que hable por ambos. Durante el mismo Valero es desterrado, mientras que a Vicente es sometido a tortura. Y luego es enviado a prisión, una celda llena de ceramica y vidrios rotos, "un lugar más negro que las mismas tinieblas" donde "un coro de ángeles vienen a consolar al mártir. Iluminan el antro horrible, cubren el suelo de flores y alegran las tinieblas con sus armonías” (Prudencio) Y hasta el carcelero conmovido se convierte.
Vicente, que había resistido tantos tormentos, no resistió el goce anticipado de la felicidad celeste y falleció en aquellas circunstancias. Era el 22 de enero del año 304.
El tirano, despechado, mandó arrojar a un muladar el cadáver de Vicente para ser devorado por las alimañas. Un cuervo lo defendió de los buitres y de las fieras. Muy enfadado y con la intención de que no quedara cuerpo que los cristianos pudieran venerar, Daciano ordena mutilar el cuerpo del santo y arrojarlo al mar. Metido, pues, en un odre fue arrojado al mar, atado con una rueda de molino. Las olas, más piadosas, lo devolvieron a la playa de donde lo recogió la anciana Ionicia, quien lo escondió hasta que en el año 313 Constantino el Grande promulgó el Edicto de Milán, pudiendo recibir entonces sepultura en una pequeña iglesia situada en las afueras de Valencia que recibirá el nombre de San Vicent de la Roqueta.
Su culto se extendió
por toda la cristiandad. Así, hoy celebramos la festividad de San Vicente como
patrón en Valencia y también en Huesca, Lisboa y en la ciudad italiana de
Vicenza entre otros.
Hoy podemos
seguir las huellas del santo a través del Camino de San Vicente Mártir, que
recupera el camino que realizó nuestro santo patrón desde Osca a Valentia y de
la Ruta Vicentina que recorre aquellos lugares que guardan recuerdo con la vida o muerte de San Vicente
Mártir en Valencia, patrón de la ciudad: Iglesia de Santa Mónica, que conserva la columna a
la que fue atado el santo una noche mientras los soldados que le traian a la
ciudad dormían en una posada; Cripta arqueológica de la Cárcel de San Vicente,
donde según la tradición se encuentra la cárcel donde fue encerrado San
Vicente; Monasterio de San Vicent de la Roqueta, lugar donde descansaron los restos de San Vicente. Sin olvidarnos
de la Catedral de Valencia.
Hacia el año
1104, el entonces Obispo de Valencia marchó en peregrinación a Tierra Santa y
llevó consigo el brazo izquierdo momificado de San Vicente pensado que sería
una buena protección. Como este prelado murió repentinamente en Bari (Italia),
quedó allí la reliquia, que fue transmitiéndose hasta llegar en posesión a Don
Pietro Zampieri, de Vigonovo (Venecia), el cual la donó a la Catedral de
Valencia, junto con el relicario de bronce, de estilo veneciano, en el año
1970. Reliquia que conservamos, en la Capilla de la Resurreción situada detrás
del altar mayor.
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