martes, 29 de enero de 2013

Teatro Romano de Cartagena





La actual ciudad de Cartagena nos deja ver entre sus calles, como un puzzle, muchas etapas de su historia: su fundación  por el general cartaginés Asdrubal allá por el siglo III a.C, el gran período de esplendor bajo gobierno romano, la época bizantina, la medina islámica, la ciudad de época moderna, el carácter defensivo y militar del siglo XVIII, el modernismo de sus palacios... Pero de entre todos ellos sobresale una pieza en especial: el teatro romano.

Cartagena fue una de las primeras ciudades de Hispania a las que llegaron los romanos, siendo Publio Cornelio Escipión quien la conquista y quien expulsa a los púnicos de la ciudad pero también de la Península Ibérica. Desde ese momento, la ciudad pasa a ser de dominio romano y así seguirá hasta la caída final del imperio. Uno de los grandes momentos de esplendor de la ciudad será en el siglo I a.C, cuando bajo el gobierno de Julio Cesar se le otorga el título de colonia, pasando a conocerse como: COLONIA URBS IULIA CARTAGO NOVA.

Poco tiempo después, cuando el hijo de Julio César, Augusto, asciende al poder, la ciudad verá como se lleva a cabo un gran programa constructivo y de reordenación urbanística. Es en este momento de cambio que coincide también con el cambio de era, entre los años antes y después de Cristo, cuando se construirá el teatro.

El teatro de Cartagena tiene como caracteristica su semejanza con los teatros griegos, porque aprovecha parte de la ladera de una de las colinas de la ciudad, para construir en ella la gradería del teatro.  Según los estudios arqueológicos, fue construido a finales del siglo Ia.C. En Roma, ya existían teatros completamente hechos de obra, pero en Cartagena lo construyen con esta particularidad.

Durante tres siglos fue utilizado para la representación de obras teatrales, hasta que en el siglo III de nuestra era sufrió un incendio que arrasó con gran parte de la escena y que hizo que dejara de ser empleado con un fin lúdico. Ttiempo después se reutilizaron los materiales que allí quedaron y para construir en la escena y la gradería del teatro un mercado. No obstante, no queda ahí la reutilización tanto del edificio como de los materiales, porque a medida que va pasando el tiempo, sobre la cavea del teatro se construirá un barrio bizantino, la medina islámica, la Iglesia de Santa María... capas y capas de historia de la ciudad que fueron escondiendo y ocultando el teatro a la vista de todos. Tal es lo que ocurrió, que a pesar de conocerse la importancia de la ciudad de Cartagena en época romana, no existía ningún documento escrito que hablara acerca de la existencia del teatro, el cual permaneció oculto dentro de la ciudad, hasta que al derribar una construcción para hacer una nueva edificación comenzó a emerger de nuevo dentro de la ciudad. ¿Y cuando ocurrió este hecho? ¿En los años 50, tal vez en los 60, a comienzos del siglo pasado? Este hecho ocurrió en 1989. El teatro romano de Cartagena, con un capacidad para casi 7000 espectadores, había permanecido oculto durante casi 15 siglos.

martes, 22 de enero de 2013

San Vicente Mártir, patrón de Valencia



Valencia tiene dos patrones y los dos se llaman Vicente. Hoy, 22 de Enero se conmemora la fiesta de San Vicente Mártir, cuya festividad se celebra "de cruces hacia dentro", es decir sólo en la ciudad. Pero también se celebra el aniversario del bautismo de su otro patrón, San Vicente Ferrer, a quien se le impuso este nombre por la festividad de este día y que celebramos en toda la Comunidad Valenciana  el segundo lunes de Pascua, por eso hoy hablaremos del santo titular del día.

Vicente nació en la romana ciudad de Osca (actual Huesca), aunque algunos historiadores sitúan su nacimiento en Zaragoza, en el seno de una familia consular, lo que le permitió estudiar la carrera eclesiástica en Caesar Augusta, al lado del obispo Valero. San Valero, que tenía poco facilidad de expresión, según cuenta la tradición era tartamudo, le nombro primer Diácono para suplirle en la sagrada cátedra.

Ante la negativa de Vicente y Valero de adorar al emperador Diocleciano, el gobernador Daciano llegado a Hispania con la orden de reprimir a los cristianos, los lleva arrestados a la colonia romana de Valentia, ya que no se atrevía a juzgarlos en Zaragoza ante la gran simpatía que levantaban ambos.

En el juicio, como en su cátedra, el obispo Valero encarga a Vicente que hable por ambos. Durante el mismo Valero es desterrado, mientras que a Vicente es sometido a tortura. Y luego es enviado a prisión, una celda llena de ceramica y vidrios rotos, "un lugar más negro que las mismas tinieblas" donde "un coro de ángeles vienen a consolar al mártir. Iluminan el antro horrible, cubren el suelo de flores y alegran las tinieblas con sus armonías” (Prudencio) Y hasta el carcelero conmovido se convierte.

Vicente, que había resistido tantos tormentos, no resistió el goce anticipado de la felicidad celeste y falleció en aquellas circunstancias. Era el 22 de enero del año 304.

El tirano, despechado, mandó arrojar a un muladar el cadáver de Vicente para ser devorado por las alimañas. Un cuervo lo defendió de los buitres y de las fieras. Muy enfadado y con la intención de que no quedara cuerpo que los cristianos pudieran venerar, Daciano ordena mutilar el cuerpo del santo y arrojarlo al mar. Metido, pues, en un odre fue arrojado al mar, atado con una rueda de molino. Las olas, más piadosas, lo devolvieron a la playa de donde lo recogió la anciana Ionicia, quien lo escondió hasta que en el año 313 Constantino el Grande promulgó el Edicto de Milán, pudiendo recibir entonces sepultura en una pequeña iglesia situada en las afueras de Valencia que recibirá el nombre de San Vicent de la Roqueta.
Su culto se extendió por toda la cristiandad. Así, hoy celebramos la festividad de San Vicente como patrón en Valencia y también en Huesca, Lisboa y en la ciudad italiana de Vicenza entre otros.
Hoy podemos seguir las huellas del santo a través del Camino de San Vicente Mártir, que recupera el camino que realizó nuestro santo patrón desde Osca a Valentia y de la Ruta Vicentina que recorre aquellos lugares que guardan recuerdo con la vida o muerte de San Vicente Mártir en Valencia, patrón de la ciudad: Iglesia de Santa Mónica, que conserva la columna a la que fue atado el santo una noche mientras los soldados que le traian a la ciudad dormían en una posada; Cripta arqueológica de la Cárcel de San Vicente, donde según la tradición se encuentra la cárcel donde fue encerrado San Vicente; Monasterio de San Vicent de la Roqueta, lugar donde descansaron los restos de San Vicente. Sin olvidarnos de la Catedral de Valencia.

Hacia el año 1104, el entonces Obispo de Valencia marchó en peregrinación a Tierra Santa y llevó consigo el brazo izquierdo momificado de San Vicente pensado que sería una buena protección. Como este prelado murió repentinamente en Bari (Italia), quedó allí la reliquia, que fue transmitiéndose hasta llegar en posesión a Don Pietro Zampieri, de Vigonovo (Venecia), el cual la donó a la Catedral de Valencia, junto con el relicario de bronce, de estilo veneciano, en el año 1970. Reliquia que conservamos, en la Capilla de la Resurreción situada detrás del altar mayor.