Según
los historiadores, Valencia ha sido
siempre una ciudad amurallada. La muralla romana contaba con cuatro puertas,
coincidiendo con los extremos del cardo y decumanus. Las murallas musulmanas,
de robusta construcción, contaban con siete puertas. En el s. XIV, durante el
reinado de Pedro IV el Ceremonioso, se crea un nuevo recinto amurallado de doce
puertas, con el fin de abarcar los arrabales y nuevos barrios formados fuera de
las viejas murallas además de fortificar la ciudad con motivo de la guerra
contra Castilla conocida como la Guerra de los dos Pedros. Ante las
amenazas
de Castilla la murallas se
construyeron rápidamente y utilizando gran parte de los materiales que,
amasados y apisonados a manera de gruesa y alta tapia, eran sacados del foso
que las rodeaba.
La fuerte riada de 1358 las dejó tan maltrecha que, para
coordinar las tareas de reconstrucción, el Ceremonioso impulsó la fundación de
la J
unta de Murs e Valls, institución paramunicipal sobre la que recayó desde
entonces, entre otros muchos cometidos, el cuidado y reparo de muros, torres y
portales del recinto defensivo.
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Las Torres de Serranos de BES AUDIOVISUAL |
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La
muralla y sus puertas, fueron derribadas en 1865 por orden del entonces
gobernador civil don Cirilo Amorós, con el pretexto de dar trabajo a los
numerosos obreros en paro afectados por la crisis de la seda y por la necesidad
de abrir la ciudad a un nuevo ensanche y mejorar su salubridad. Valencia se encontraba
encerrada en un cerco amurallado que asfixiaba a la población peligrosamente. Hoy
conservamos las Torres de Serrans y las Torres de Quart, dos de los cuatro
considerados como “Portals Grans”, porque en el momento del derribo tenían una
función, afortunadamente estaban siendo usados como cárcel.
Las
murallas y las puertas de la ciudad de Valencia, también se consideran el
origen de una bonita expresión que todavía hoy conservamos “quedarse a la Luna
de Valencia”, que parece tener origen en la antigua costumbre de cerrar las
puertas de las murallas al toque de oraciones, dando lugar a que los ausentes
y rezagaos quedasen quedasen fuera de la ciudad y se vieran obligados a pasar la noche al
raso. Aunque existe mucha controversia al respecto, pues todas las ciudades
gozaban de la luna y tenían fuertes murallas en época medieval, ¿por qué razón
se dijo «a la luna de Valencia» y no, por ejemplo, a la de Burgos o Murcia? Se
cuenta que ya en el s. XVIII los rezagados se veían obligados a ir a
pernoctar a una posada de la calle de Sagunto, ‘La Luna.’
También
existe una leyenda que cuenta que cuando
fueron expulsados los moriscos haciéndolos embarcar hacia el norte de África,
no había bastantes naves para trasladarlos a todos de una vez. Por eso, los
sobrantes que quedaban en la playa esperando ser transportados en el viaje
siguiente, según la promesa de los marinos de volver. Pero, después de esperar tres días y tres
noches, vinieron unos traidores cristianos y los mataron a la luz de la luna...
Hoy la Luna de de Valencia nos
deja imágenes tan bonitas como ésta, de BES AUDIOVISUAL